Historia de un caballo, León Tolstoi
Lectura recomendada a partir de 12 años.
Los autores considerados clásicos lo son porque sus obras no perecen nunca, son obras que impactan por generaciones, no importa en qué época se lean. Tolstoi es un clásico. Como autor clásico y magistral que es el placer de la lectura de este libro está garantizada.
La vida de un caballo, su mundo, sus sentimientos y sus pensamientos. Un caballo esclavo, marginado por su aspecto y marginado por su edad. Rudo, triste y viejo, trágico, pero noble, siempre noble y repleto de bondad. Un ser que reclama libertad pero sin rebelarse.
El estilo es sencillo y limpio, sobrio, pero muy detallista. La historia se narra con distanciamiento para darte libertad de pensamiento y llegar con una claridad y pureza total. Realismo y humanismo. No en balde se dice que Tolstoi fue el maestro de Gandhi y de los movimientos de la «no violencia» y la «resistencia pasiva».
«Había algo grandioso en el aspecto de aquel animal, en aquel conjunto formado por una fealdad repugnante y por la expresión de arrogancia y de seguridad que lo caracterizaba. Era como una ruina viviente en medio de la verde pradera, rodeado de ganado joven que se había esparcido por todas partes llenando el aire con sus relinchos»
Tombuctú, Paul Auster
Lectura recomendada a partir de 14 años.
Este libro es considerado una obra menor dentro del conjunto de la obra de Paul Auster, pero es lectura obligada en relación con los perros y los animales domésticos en general. Es muy común comentarios del tipo: «después de leer Tombuctú miro a mi perro con otros ojos».
La novela está narrada desde la perspectiva de un perro y no cabe duda que el autor los conoce bien. Ver a través de sus ojos nos muestra la naturaleza humana de una forma diferente y en detalles de los que nosotros no siempre somos conscientes.
Míster Bones es un perro mestizo, vagabundo, inteligente, que entiende nuestro lenguaje y que nos acerca a cómo son los perros, cómo actúan y piensan y cómo se comunican y relacionan con nosotros. Tiene las motivaciones propias de su especie pero también las que ha aprendido de su compañero humano, Willy, quien desde el primer momento trata a Míster Bones como a un igual.
La novela tiene pocos diálogos, las reflexiones y los sentimientos de los personajes nos llegan fundamentalmente en forma de monólogos, lo que provoca un efecto muy especial y una proximidad y empatía con los personajes. La realidad y los sueños se mezclan y el libro te va envolviendo y conquistando.
He releído el libro después de muchos años, sentada junto a un podenco que también fue vagabundo y que apoya feliz su cabeza en mis piernas mientras leo. Me pregunto si la primera lectura del libro influyó en el momento de ahora, y si en estos años he asimilado de forma consecuente una de las ideas del libro: la combinación adecuada entre protección y libertad.
«No importaba que no hubiese nada que comer, ni que beber ni que oler. Si allí era donde iba Willy, allí era donde él quería ir».
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