Isabel habla de Nike (adoptada con 2 años)
Ella siempre fue cariñosa pero muy suya, algo cautelosa, con el tiempo se ha vuelto inseparable, tanto de mi como de Inti, mi otro gato. Tuve claro desde el principio que necesitaría armarme de paciencia y amor. Con el paso de los meses toda ha ido evolucionando, ahora se tumba encima de mí, me deja darle besos, cogerla en brazos. Todo esto son muestras de un profundo amor, de un vínculo cada vez mas fuerte.
Adoptar un gato adulto es sin duda la oportunidad de conocer el amor mas puro e incondicional dándoles la oportunidad de tener una vida digna.

____________________________________________________________________________
Andrea habla de Sanda y Padme (casa de acogida de dos gatas de 7 años)
Acogimos a Sansa y Padme hace unos meses. Lo cierto es que nosotras queríamos adoptar pero por nuestras circunstancias no podíamos, así que nos decidimos por la acogida. Desde el principio nos enamoramos de las dos gatas. Nos sorprendió que por un lado, al ser dos gatas adultas eran muy tranquilas pero también les encantaba jugar con nosotras, entre ellas y con cualquier juguete que encontrasen por la casa.
Nos encantaría adoptar gatos adultos y sin duda, volveríamos a acoger mil veces mas

____________________________________________________________________________

Coral y Alejandro adoptantes de León
Mi experiencia adoptando a León no puede ser mejor. Es un gato adulto que llego a casa con 11 años. Ya venía esterilizado. Es un gato tranquilo, se pasa durmiendo la mayoría del día, pero en cuanto llegamos a casa nos saluda y quiere muchos mimos. Siempre está dispuesto a jugar con sus juguetes y a comerse algún premio. No destrozó nunca ningún mueble y tampoco tuvimos que enseñarle a usar el arenero.
Aunque lo cogimos siendo un gato adulto está lleno de vitalidad. Es un gato muy muy cariñoso que solo buscaba una familia y poder tumbarse al sol.
____________________________________________________________________________
Isabel G, adoptante de Halia
La primera vez que adopté fueron dos gatas de unos 3 meses de edad, estuvimos juntas durante 17 años. Cuando me sentí capaz de volver a adoptar me planteé si quería un cachorro, ¡a quien no le gustan!, o un gato adulto. Hace poco más de un año adopté a Halia, una gata adulta de 3 años y medio. En muy poco tiempo se adaptó a mí y a su nueva casa.
Aunque no es un cachorro a ella también le gusta jugar, saltar, llamar la atención, que la acaricien, la mimen, ronronear, que la cepillen el pelo y que la quieran. No tengo ninguna duda de que merece la pena adoptar un gato adulto

____________________________________________________________________________
Almudena, adoptante de Ari
Cuando decidí adoptar un gato tuve claro desde el principio que quería un gato adulto. Prefería saber de antemano cómo era su carácter y su energía y la verdad es que no me arrepiento para nada de mi decisión. A día de hoy mi gata me regala toneladas de amor y juego todos los días aunque tiene 7 años y lleva conmigo sólo dos.
Es cierto que los gatos adultos traen un bagaje a sus espaldas que implica una mayor disposición por nuestra parte a comprender su historia pero eso, lejos de dificultar el vínculo que podemos llegar a crear con ellos, lo fortalece siempre y cuando lo construyamos desde el respeto y la aceptación.

____________________________________________________________________________
Gemma M, adoptante de Loreen
Buscábamos una gata adulta porque parte del día lo pasamos fuera de casa, por trabajo, y no íbamos a disponer del tiempo que nos gustaría para darle a un cachorro toda la atención que requiere y enseñarle, entre otras cosas, a usar el arenero. Adoptamos a Loreen, una gata tricolor de casi 5 años, cariñosa pero independiente. Un felino adulto puede tener algunas conductas que no encajen con nuestras costumbres (a Loreen le gustaría que la dejáramos dormir en nuestra cama) pero, con perseverancia, le estamos enseñando que en esta familia cada cual tiene su sitio en el que dormir.
Al ser adulta ya tenía su “gatonalidad” y es tal nos dijeron: mimosa y tranquila.

____________________________________________________________________________

Emilio R, adoptante de Gandalf
Cuando decidimos adoptar un gato, siempre pensamos en un cachorrito. Nos hablaron de SOS Felinos y buscamos en su web. Cuando vimos a Gandalf, un gato adulto, se nos rompieron los esquemas. Nos enamoramos de él. Fue amor a primera vista. Nos dimos cuenta que la edad no importaba, que todos tenían el mismo derecho a un hogar y estuvimos seguros que iba a encajar con nuestras 2 gatas, una de 12 años y otra apenas de 6 meses. Ahora, 6 meses después de adoptarlo, estamos encantados de haber tomado esa decisión. Se adaptó desde el primer día, fue como si hubiera estado con nosotros desde cachorrito. Han formado una pequeña manada, juegan sin parar, duermen juntos… nos emociona verlos tan felices.
Cuánta felicidad nos ha traído y qué feliz está en su hogar!
____________________________________________________________________________
David C, adoptante de Bimba
Adoptar un animal adulto es una de aquellas cosas de las que no te arrepientes para nada, en mi caso adopté a una gatita con algo más de un año y, tras 6 meses con ella la verdad es que estamos encantados, se porta muy bien, es muy cariñosa, hace caso a lo que se le dice, además de no trepar a sitios altos nunca, ni tirar cosas al suelo, cosa que puede llegar a ser común en gatetes más pequeños simplemente por diversión. De primeras, las personas suelen tener preferencia sobre aquellos animales más jóvenes, principalmente para ver como crecen a medida que convives con ellos, pero adoptar un animal adulto también hay que tenerlo en consideración, ya que suelen tener menos problemas para adaptarse, y en muchos casos son más mansos y ya vienen con una base de aprendizaje grande en su vida, además de saber demostrar su cariño hacia las personas de igual o mejor manera que un cachorro, ya que muchos han tenido más experiencia con humanos.

____________________________________________________________________________
Bárbara GR, adoptante de Densi
Densi es un gato especial y no porque no tenga ojitos, si no por su energía y vitalidad, el hecho de no tener ojos no le impide hacer una vida totalmente normal, como cualquier otro gato, no le impide saltar, correr, curiosear (es un poco cotillo jeje) le encanta jugar con bolitas de papel albal, robarme los calcetines del cajón para jugar con ellos, A veces se desorienta y hay que ir “al rescate” y ahí entra en acción su hermano Lucky, le guía y le ayuda a ubicarse.
Mi experiencia al adoptar a Densi ha sido magnifica, es la mejor decisión que pudimos tomar, lo volveríamos hacer una y mil veces mas. Es un gato alegre, cariñoso (duerme con nosotros todas las noche), risueño. A veces vemos un gato adulto o un gato especial (como es el caso de Densi) y lo rechazamos por no ser un gato bebé, y es un error tremendo, todos necesitamos una oportunidad, los gatos adultos y los gatos especiales también tienen mucho cariño que dar y mucha vitalidad.

____________________________________________________________________________
Sara V, adoptante de Maka
Hace algo más de un año nos decidimos a adoptar a Maka, que ahora tiene 7 años y medio, por dos motivos: sabíamos que los gatos pequeños tenían mil oportunidades de adopción y un gato de su edad lo tendría complicado para encontrar una familia; también, no nos veíamos capaces de atender las necesidades y atención que requiere una cría.
La realidad se impuso y Maka ha resultado ser el gato más cariñoso, pegajoso y leal que hemos conocido; tiene el carácter de un gato pequeño y el cuerpo de un tigre recién nacido. Siempre se hace notar y reclama que le demos cariño tirándose encima de nosotros o maullándonos en la cara. Es la mejor manta en invierno y la mejor alfombra en verano.
Egoístamente, adoptarle fue la mejor decisión que tomamos porque ha llenada nuestra vida de amor y diversión. Pero, lo que más felices nos hace es verle disfrutar con tranquilidad de su casa y de nosotros; nuestra mayor satisfacción es saber que los muchos años que le quedan de vida estará rodeada de amor.

____________________________________________________________________________

Juan C, adoptante de Milka
No hay nada más lindo que adoptar un animal adulto y hacerle saber que la vida puede sorprender, al darle la posibilidad de un hogar y de que el resto de sus años sean maravillosos. Ellos también sienten, con lo cual debe ser muy feo el sentimiento de abandono por el cual ha pasado un animal adulto, en muchos casos han sido abandonados más de una vez. Además creo que adoptar un adulto es la demostración de amor máxima como humanos, dejando de lado los prejuicios y estigmas a los que se les suele someter a los animales adultos. El animal adulto se suele adaptar más rápido a su nuevo hogar ya que cuenta con el carácter y personalidad desarrollados, dándote así la posibilidad de elegir entre un animal mas independiente en lo afectivo y que le guste mas su espacio personal o si se buscas un animal más dependiente de ti y que requiera más atención.
El animal adulto estará eternamente agradecido por la oportunidad que le diste de ser salvado, aunque a veces somos nosotros mismos los que hemos sido salvados al adoptar un adulto, que nos enseña que nada está perdido y siempre hay oportunidad de tener la vida que nos merecemos y ser amados incondicionalmente.
____________________________________________________________________________
Adrián C, adoptante de Kenzo
Adoptar un gato de edad avanzada fue una excelente opción para mí, ya que era mi primer gato y buscaba uno que fuese tranquilo y cariñoso.
Las opciones por la que lo elegí fueron: los gatos mayores son más tranquilos y tienen un ritmo de vida más relajado que los gatos jóvenes, además ya tienen una personalidad definida por lo que puedes ver que gato se ajusta mejor a tu hogar.
Además, adoptar a un gato mayor es una forma maravillosa de brindarle un hogar amoroso y seguro en sus últimos años de vida. Al adoptar a un gato mayor pude brindarle un lugar cálido y seguro para que pase sus últimos años, algo de lo que muchos gatos mayores son privados cuando son abandonados por sus dueños cuando envejecen o se enferman.
En conclusión, adoptar un gato mayor es una decisión maravillosa que te brindará muchas recompensas y momentos especiales sin dejar espacio al aburrimiento.

____________________________________________________________________________
Raka F, adoptante de Nube
Mi experiencia adoptando a Noodle ha sido literalmente la mejor decisión que he tomado en mi vida, cuando lo hice fue como “terapia” y la verdad que me ha ayudado mucho más que cualquier otra persona con sus palabras.
Además, como es una gatita adulta no hemos tenido que enseñarle a usar el arenero, tampoco enseñarle con qué cosas se juega de casa y con cuáles no, estar más atentos de dónde se mete… y no por pereza, sino porque así sólo tenemos que centrarnos en que se sienta querida y a gusto en casa.
Al principio, como todos los animalitos que vienen por primera vez, estaba súper nerviosa y asustada, pero pasaron las semanas y Noodle ya se siente totalmente como una más de la familia.
No veo ninguna desventaja en adoptar animales adultos, aparte de lo que he mencionado antes, el amor, la compañía, la felicidad y la tranquilidad que te dan estos pequeños compañeros es totalmente maravilloso. Se lo recomendaría a todo el mundo que pueda tenerlo.

____________________________________________________________________________
María García, adoptante de Mati
De pequeña siempre quise tener un animal. Un día mi padre se presentó con un gatito. Fue un compromiso para él ya que un cliente se lo regaló. La gatita era una preciosidad; pelo largo, ojos verdes y color gris. Era maravillosa, pero según iba creciendo la gatita era cada vez más arisca y reservada. No interactuaba mucho con nosotros, nos bufaba e incluso, a veces arañaba. Era su carácter. ¡Qué carácter! Vivió con nosotros 15 años.
Habían pasado muchos años cuando este verano tuvimos de nuevo el gusanillo de tener un animal. Mis hijos ya son un poco más mayorcitos y creímos que era un buen momento para tener una mascota en nuestra vida, ahora en nuestra propia familia. Sin duda pensamos en una adopción, y también pensamos en mi gatita, la de pelo largo, ojos verdes y color gris que durante 15 años no interactuaba con nosotros, no mostraba ningún cariño y sólo se acercaba para comer. Yo tenía claro que el animal debía venir ya hecho, tener un buen carácter o, al menos, ser un poco cariñoso, aunque fuera solo un poco más que mi Linda.
Pues debe de ser que en el cielo de los gatos Linda se ha reconciliado con el mundo y nos ha mandado a nuestro Mati, que es sin duda el ser gatuno más bueno, cariñoso, limpio y simpático del mundo. ¡No hemos podido tener más suerte! Sin duda creo que adoptar a un gato adulto, en el que se puede conocer el carácter que va a tener antes de traerlo a casa, es la mejor de la opciones, ya que eso nos ha permitido disfrutar a tope de nuestra mascota.

____________________________________________________________________________
Elena V, adoptante de Chispa
Me han pedido que escriba unas líneas como adoptante de gato adulto para contar mi experiencia y derribar algunos mitos.
Algunas personas creen que con un gato adulto no puedes desarrollar un vínculo y una conexión de la profundidad e intimidad que desarrollas con un gatito al que adoptas desde pequeño. En mi experiencia, esto es falso. A lo largo de mi vida, he podido desarrollar conexiones muy especiales con gatos adultos, ser capaz de entendernos y mostrar un cariño profundo. Es que esto tiene más que ver con el carácter, tanto del humano como del gato. Por eso, una ventaja que tiene un gato adulto es que su carácter y temperamento ya están establecidos. Con los gatitos, es una sorpresa. Y si crees que “puedes enseñarles” significa “puedo amoldar su carácter a mis expectativas”, supongo que vas a aprender una sorprendente lección al respecto: no.
Por eso, cuando adoptas un gato adulto, es más sencillo saber con qué gato encajarás mejor: uno muy mimoso, como mi Chispa; o uno más travieso y juguetón; o uno muy calmado; o uno más independiente… Encajarás mejor con algunos gatos que con otros, igual que con las personas. Y lo bueno es que con los adultos, es más fácil adivinar con cuál encajarás mejor o peor, según sea su carácter y el tuyo.

Pero voy a hablar del caso concreto de Chispa, adoptado a través de SOS Felinos. Chispa era el gato de una señora mayor que tuvieron que ingresar en una residencia y el pobrecito mío estuvo un tiempo muy largo que le llevaban de comer y a cepillarle o jugar un rato al piso, pero estuvo viviendo solo. El 6 de diciembre de 2021 llegó a mi casa, y en 48h ya estaba acercándose a mí, a buscar mimos y a jugar juntos. Y hasta el día de hoy, que suele dormir conmigo y viene a despertarme con un sonidito suave por las mañanas, mucho mejor que un despertador; lo primero que atiendo por las mañanas es a él, mucho mejor que mirar mails o twitter; cuando estoy teletrabajando o estudiando, quiere que le ponga una silla al lado para estar hecho un ovillito cerca de mí; y está conmigo en el sofá mientras leo o veo una peli y le doy mimos cuando los pide. Entiendo hasta si sus maullidos son de “quiero jugar, tírame una pelota o algo”; “tengo haaambreee”; “oye, deja eso un rato que tocan mis mimitos”. Él entiende que por las mañanas voy a estar unos minutos ocupada hasta que estoy lista y puedo dedicarle otros minutitos antes de irme al trabajo. El vínculo que tengo con mi gato es muy profundo, muy íntimo y muy fuerte.
Pero que los gatos adultos tengan su carácter ya más establecido no significa que no sean capaces de aprender. No me refiero a aprender cosas como dar la patita o hacerse el muerto, sino cosas importantes como: “tu humana te adora, pero ya que se levanta a las 5.30 de la mañana, no es necesario ir a despertarla antes dado que se ha asegurado de que no mueras de inanición entre la hora de la cena y el desayuno, puedes estar tranquilo”. Yo también he aprendido cosas de Chispa, como que después de comer un poco, quiere un rato de mimos en el sofá; que prefiere beber de un vaso o taza que yo haya dejado en la mesa o que entre las 16 y las 19h es un momento estupendo para jugar un rato y hacer un poco de ejercicio cazando pelotitas o escondiendo botones bajo alfombras. Quizá incluso algún día aprendamos que cortarse las uñas no es un drama…
Por último, voy a comentar algo que sí me han mencionado bastante, acerca de “la duración” del animal. Evidentemente, a Chispa, que tiene ya 12 años, le quedan menos años de vida que a un gatito de 1 año que no tuviera accidentes ni enfermedades letales. Pero según este razonamiento, quizás tampoco haría amigos de más de 30 años, que también les queda menos tiempo… Vas a conocer personas y animales y con algunos establecerás conexiones maravillosas y valiosas, al margen de su duración. Con Chispa he desarrollado una de estas conexiones valiosas en sí mismas y lo que tengo claro es que este tiempo que compartamos, mi compromiso es hacerle tan feliz como él me hace a mí.

____________________________________________________________________________
Cristina R, adoptante de Kimbap y Kimdal
Mi pareja y yo tenemos tres gatas, las tres adoptadas, y dos de ellas son gatas mayores.
A la primera la hemos adoptado con 8 años en 2020 y a la segunda con 6 años en 2021.
Entendemos que a la gente le puede dar miedo adoptar a gatas mayores – puede que lleguen con traumas, puede que no se vayan a adaptar tan rápido o puede incluso que no se vayan a llevar bien con los otros gatos de la casa. Todo eso es muy posible y muy probable – en nuestra experiencia, la gata que adoptamos en 2020 con 8 años, que se llama Kimbap, llegó muy traumatizada, muy miedosa y le faltaba una patita de atrás. Pasó los primeros meses bufando y escondiéndose – se le notaba que había pasado por una vida difícil y vacía de amor. Tanto mi pareja como yo tuvimos que tener mucha paciencia, día tras día, acercándonos más, tocándola más, hablándole más, asegurándole que estaba a salvo y que nunca jamás va a estar abandonada. Y no os voy a mentir, a veces ha sido muy duro y muy triste, pero el día que por fin se subió encima de mi pecho para dormir, lloré como 10 minutos por la emoción. El amor puro y la satisfacción que sentimos los dos en ese momento no se puede explicar.
A la segunda gatita mayor, Kimdal, a cual la hemos adoptado en 2021, desde un principio se le notaba que ama a los humanos (no tanto a los gatos, pero por suerte tenemos un piso más o menos grande así que no se tienen que aguantar mucho entre ellas). Nos ha llenado la casa de amor, alegría y ternura. Cuando la adoptamos, tenía mucho sobrepeso y no se podía mover bien – pero ahora ha perdido más de siete kilos y corre y salta como una loca, y nos encanta verla tan juguetona todavía.
Os garantizo que es un sentimiento incomparable adoptar a gatos mayores y darles una segunda oportunidad, poder ver y leer en sus caras el amor y el reconocimiento, y poder ver que se sienten por fin verdaderamente acogidos y seguros.
Sé que se puede tener miedo por la responsabilidad que conlleva adoptar a un animalito un poco más mayor, pero os prometo que ni vais a notar el esfuerzo por todo el cariño que os va a dar vuestro gatito.
Por cada suspiro de cansancio o frustración que os van a causar, os van a dar 100 motivos para sonreír.


____________________________________________________________________________
Jose y Miriam, adoptantes de Shiva y Bola
Hace un año, Jose y yo, decidimos ofrecernos como casa de acogida. Fue entonces cuando conocimos a Bola y a Shiva, dos gatas adultas persas, madre e hija. Shiva padece una cardiopatía. Desde el principio recibimos toda la información sobre el estado de salud de ambas gatitas y sobre su historia pasada.
Recuerdo que al principio eran inseparables, y apenas se movían del mismo lugar. Se escondían detrás del sofá cuando nos escuchaban llegar a casa y nunca nos dejaban tocarlas. Eran muy distantes. Nos estábamos conociendo. Poco a poco todas nos fuimos acostumbrando a las rutinas de casa: todas las mañanas Jose les ponía su comida húmeda en la cocina, y así fue como empezaron a llamarnos por las mañanas con sus maullidos recordando que era su hora de comer. También comenzaron a investigar toda la casa y dejaron de esconderse cuando nos oían llegar. Tras varios meses, comenzaron a tumbarse en los sofás, eso sí, manteniendo distancia. Y comenzamos poco a poco a iniciar los primeros contactos físicos con ellas.
Un día nos comentaron que había una chica interesada en conocerlas para adoptarlas. Fuimos a conocerla, pero parece que no hubo feeling entre ellas. Fue un momento de inflexión. Después de varios meses ya habíamos creado vínculo con ellas y la idea de verlas marchar era cada vez más difícil. Valoramos la opción de adoptarlas. Y lo hicimos.
Los gatos adultos ya tienen su personalidad formada, algunos son más extrovertidos y otros, como Bola y Shiva son muy introvertidos, y necesitan su tiempo para adaptarse a los cambios y dejarse descubrir. Bola y Shiva nunca dejan de sorprendernos, cada día más cariñosas y más felices.
Hace un año éramos cuatro desconocidos conviviendo, ahora somos una verdadera familia, un hogar. Las conocemos bien y ellas nos conocen también, saben que a mí me pueden chantajear fácilmente para conseguir chuches si vienen detrás maullando, y que a Jose le pueden llevar sus juguetes y esconderse detrás de la cortina para iniciar el juego.
Ya no salen corriendo cuando escuchan el timbre y recibimos visitas, saben que este es su hogar y se quedan tranquilamente en el sofá o donde quiera que estén esperando ser saludadas por quienes vienen. Este también ha sido un gran paso.
Fueron muchas las dudas que tuvimos para dar el paso de la adopción: porque eran dos, porque Shiva padece de una cardiopatía, porque eran dos gatas adultas y no sabíamos si siempre serían tan distantes, etc. Y sin duda, acertamos con nuestra decisión, de ellas hemos aprendido a tener paciencia, a dejarlas ser, a ofrecerles espacio, a aceptarlas como son y, sobre todo, a quererlas por encima de cualquier expectativa e idealización que pudiéramos tener.
Gracias por llegar a nuestras vidas

____________________________________________________________________________
Pedro VR, adoptante de Fabiola
Somos una pareja y adoptamos hace ya casi un año una gatita de tres añitos llamada Fabiola (aunque al final la rebautizamos como Sira) y nuestra experiencia no habría podido ser más positiva.
Los trámites para adoptarla se resolvieron muy rápido y en poquito tiempo la teníamos con nosotros. Debo decir que en SOS Felinos saben qué gatitos son los más apropiados para cada hogar. Y con nosotros desde luego acertaron. Los primeros días siempre hay que tener paciencia, pues la gata se encontraba en un entorno nuevo, pero siguiendo las indicaciones que nos dieron en unos pocos días se adaptó rápidamente. Esos días agradecí mucho que SOS Felinos estuviera pendiente y en contacto hasta asegurarse de que la gata se había adaptado bien.
La gata es una más en la familia. Aunque la adoptamos ya adulta es una gata muy vital y cariñosa. Nos espera en la puerta todos los días, nos hace muchas caricias. Come muy bien y sobre todo es muy juguetona. Todos los días nos pide jugar varias veces y le encanta perseguir la ratita, las cintas o rascar su manta. Se comunica mucho con nosotros con su propio lenguaje de maullidos y le encanta pasar tiempo a nuestro lado. Además siempre duerme con nosotros. Yo animo a adoptar a todo el que quiera tener compañía gatuna y que no tenga miedo en llevar a su casa un gatito adulto, pues se adaptan fenomenal y sobre recomiendo que si quieren tener una buena relación con él, mas allá de que tenga juguetes y cuidados es dedicarle algo de tiempo para jugar con él o simplemente hablarle y estar con él. Se nota que son gatos que lo han tenido difícil y valoran y agradecen todo el cariño que se les da.

Deja una respuesta